CUADERNOS DE DON RIGOBERTO

Lo confesó la misma Adele, cuando Egon Schiele ya estaba armatoste.

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Lo de las habitaciones separadas época cierto. Sus apasionadas arengas en favor de la preservación de la Naturaleza y del aire ambiente no me conmueven. Gertrude y Melanie. No me atrevo a decírtelo, madrastra.

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Yo no junto estampillas, ni guagua perros, ni juego al golf. Desnuda, junto a niñas del colegio. No las digas, no te sienta. Una mariposita revoloteaba en sus ojos, animando su cara morena. Conoces calles, monumentos y direcciones como si vivieras aquí. No te perdonaré jamás lo que hiciste, malvado. Me alegro de haber aceptado tu invitación, Pluto. Caso

El olor a lejía impregnaba la cocina. Ahora, dibuje. Al fecha siguiente, en nuestro camarote belle époque. Schiele, de chiquito.

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