ESCORTS EL SALVADOR
Encaramarse a la azotea es una obligación para los que tenemos estómago débil.
La Casita de Insurgentes
Bravo, una vez sí con dos, pero leve. Quieres pasar un monte de. En una confusión como esas Alberto 5 se infectó con el VIH. Había veces que al salir de ahí me subía al auto y mejor me ponía a cantar o a pensar en el trabajo o en otra cosa porque si pensaba en que acababa de estar en ese lugar me ponía a llorar… De todas formas al siguiente fin ahí estaba de nuevo de pendeja. Amable, discreto y limpio.
El vértigo es insoportable. Sería ameno saber qué pudiera experimentar una mujer ahí. En una confusión como esas Alberto 5 se infectó con el VIH. Otros sostienen una conversación a un volumen muy bajo en el sillón de uno de los dos cuartos donde una vieja televisión transmite, en una bastante mala calidad y con el brillo altísimo, una repetida binza porno. Tal vez La Casita existió siempre en la localidad de México y en otras urbes con otros nombres y en otras sedes. Escenas similares se repiten en diferentes puntos de la casa.
812 : 813 : 814 : 815 : 816 : 817 : 818 : 819 : 820 : 821 : 822
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Y de una manera efectiva?