VOLUNTARIADO EN PERÚ – VIVIR CON UNA FAMILIA SHIPIBO EN LA SELVA
Nos quedamos adentro alrededor de una hora, sentadas, mientras cargaban el barco, en unas bancas de madera, entre las hamacas que la gente cuelga para dormir, pero que nosotras no teníamos, entonces tomamos posesión de estas bancas, duras y horribles, empero era mejor que dormir paradas.
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La cocina estaba afuera y época un techo de paja, que debajo tenía unas pequeñas estanterias con utencilios de cocina, y en el suelo, cuatro troncos que formaban una cruz, dejando un círculo al medio de ésta, donde se hacía andanada y se ponían las ollas para cocinar. Fue él el que comentó esa mañana que no le tuvieran miedo a la gente de afuera, y llamó a la amabilida de la población para con nosotras. Y estuvimos todo el fecha intentando comprar los pasajes, que fue muy, muy difícil. De hecho nos salió 4 soles 2 dólares de Pucallpa a la laguna en un motokar. La selva amazónica esta llena de rincones que esperan de nuestra presencia y nuestro adiestramiento. Su vida gira en baritel a la creencia de que todo lo que existe es unidad y todo debe estar armonizado para vivir en armisticio y salud.
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Símbolos[ editar ] Bandera y égida Pucallpa incluye un escudo provincial creado por la municipalidad, que identifica a la ciudad, así como a su distrito y a la provincia de Coronel Portillo. Hay que decir que hubo un poco de alarma, y que Apocalysis Now, no estaba lejos de ser un imaginario similar. De todas las casas que habían, algunas tenían televisor. Su mundo espiritual nos aporta una apertura hacia el infinito. A la mañana, matutino, estaba el vocero del pueblo que, a través de un micrófono, despertaba a la ayuntamiento y contaba las noticias del día. Y fue entonces como comenzó la gran aventura.
Nos veíamos inmersos en esta bendito pero sacrificada vida mientras, con los días, algunas incongruencias nos aparecían respecto la influencia y la inconsciencia que el desarrollo económico ha llevado a estas familias. Así que nos dispusimos a esperar la lancha desde el mimso lugar donde habíamos llegado. A la mañana, matutino, estaba el vocero del pueblo que, a través de un micrófono, despertaba a la ayuntamiento y contaba las noticias del día. Cocina a leña. Pasó entonces el barco lento, que llegaba al otro día a Pucallpa y nos subimos a ese. Así que eso hicimos. Ese día descubrimos Pucallpa, una ciudad que no tenía gran belleza en absoluto, y adonde las canaletas en la piso eran muy grandes, y la gente tiraba basura y desperdicios comida en ellas….
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