EL GRAN MISTERIO FEMENINO

Sin padre conocido, acabó criado por un matrimonio ricachón. Y en los rusos del XIX me quedo antes de peinar la literatura propiciada por la Perestroika y detenerme por dos veces en Vida y destino publicado originalmente en y en castellano en yde Vasili Grossman, que deja claro que nada se puede esperar de los distintos comunismos que en el globo quieren ser.

El bar de las grandes esperanzas

Empero en los años treinta mis padres, y los padres de mi esposa, y casi todos los otros judíos europeos, simplemente no tenían lugar adonde acudir. El aspecto formal nos remite a la belleza del faz de una mujer en lechoso y negro, con la bruma de unas rejas proyectada sobre su piel, los ojos cerrados y una expresión que combina seguridad, tranquilidad, y por presunto, belleza. El fanatismo es bastante antiguo. Sin olvidarme de Los hombres que no amaban a las mujeres , de Stieg Larsson, porque fundamental me parece el hallazgo del personaje de Lisbeth Salander, vuelvo a Norteamérica. Las ciencias sociales tienden a asociar la agresión al agonía de la infancia o a la crueldad de la academia o al colonialismo. Releer sobre aquellos dos días es lacerante, porque él ha muerto y también porque las coyunturas geopolíticas han cambiado tanto, y para peor: en efecto, se había mostrado bastante menos graníticamente eufórico que nosotros sobre la acceso de la paz a Aire Oriente. Hay una enorme boicot hacia el conformismo.

No quiero volverme loco. Historias ambientadas en internados y orfanatos afortunados y en hogares pobres empero felices que me hacen figurarse, mucho antes de leer a Keats, que encontraré la felicidad fuera de casa y, a buen seguro, en territorio indiano o inglés. El genocidio es peor. Europa se entierra y se auto—anula. Aquí El Rey de Amarillo aparece sólo laterlamente, pero es suficiente como para inquietar a nuestro narrador, ñaño del escultor, y a persuadirlo de abandonar el país.

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